Muy pocas personas, por no decir ninguna, compran de la misma manera que hace cinco años.
La pandemia obligó a cambiar los hábitos de compra. Las compras en línea y por móvil se convirtieron en las preferidas (o durante los periodos de bloqueo, la única) para comprar. Las ventas de comercio electrónico aumentaron 244.200 millones de dólares o un 43% en 2020, ya que la gente optó por comprar desde la comodidad -y seguridad- de sus hogares.
Casi tres años después, los consumidores han decidido que quieren lo mejor de ambos mundos. Les gusta la comodidad y la facilidad de comprar por Internet, pero también les gusta ir a las tiendas físicas. Contrariamente a las sombrías predicciones, el auge del comercio electrónico no ha dejado obsoletas las tiendas físicas. En realidad, el gasto en tiendas físicas se está recuperando a un ritmo constante del 8% interanual.
Sin embargo, lo que se ha quedado obsoleto es la experiencia de compra de antes de la pandemia. En lugar de ir corriendo a Walmart con una lista de la compra enorme, hago el pedido por Internet para que me lo recojan en la tienda (BOPIS) y puede que me lleve algún artículo más mientras estoy allí. En lugar de pedir varios vestidos por Internet (con la intención de quedarme solo con uno), encuentro algo que me gusta en Internet y hago clic para comprobar si hay una tienda cercana que lo tenga en stock donde pueda probármelo. O llevaré a mi hijo adolescente a la tienda para que se pruebe unas zapatillas, tomaré nota de su estilo y talla preferidos, y luego compraré por Internet más tarde esa misma noche para conseguir el mejor precio posible.
Y no soy el único. Durante el próximo año, el 54% de los consumidores dice que es probable que mire un producto en línea y lo compre en una tienda, y el 53% son propensos tienda y lo compre por Internet.
Esta nueva normalidad -y una inminente recesión que ya está afectando al gasto de los consumidores- está impulsando a los minoristas a encontrar nuevas formas de conectar con los clientes, atraerlos e impresionarlos. A continuación, analizamos tres tendencias de compra que pueden ayudar a los minoristas a impulsar el crecimiento, fomentar la fidelidad a la marca y sobrevivir a la recesión.
A medida que los consumidores son cada vez más conscientes de lo que gastan, la sostenibilidad sigue aumentando como factor clave en lo que eligen comprar y dónde eligen comprar. En todo el mundo, el 75% de los consumidores han cambiado sus hábitos de compra en el último año para ser más sostenibles. La gente está más dispuesta que nunca a comprar a marcas con las que comparten valores o esfuerzos de sostenibilidad.
El compromiso con la ecología puede evitar que los minoristas se queden en números rojos en más de un sentido. La automatización de almacenes, en particular la robótica, reduce significativamente el desperdicio de productos, los errores humanos y el consumo de energía. Por ejemplo, los robots de robots de picking pueden reducir drásticamente la necesidad de electricidad, ya que muchas zonas del almacén pueden funcionar sin iluminación.
Los microcentros de distribución, otra iniciativa de automatización robótica, permiten a los minoristas atender a los clientes "en el punto de necesidad", con el beneficio añadido de la sostenibilidad. Gracias a la posibilidad de automatizar el sistema "click & collect", la recogida en la acera, el reaprovisionamiento de las tiendas y las entregas de última milla, los minoristas pueden convertir el espacio ocioso de las tiendas o los almacenes oscuros en instalaciones de almacenamiento a pequeña escala. El almacenamiento de muy alta densidad y la automatización robótica eliminan la necesidad de nuevas construcciones, reutilizando los espacios existentes y permitiendo un cumplimiento más rápido y preciso.
Las ventas del comercio social casi se triplicarán de aquí a 2025. La pandemia no sólo nos obligó a encontrar nuevas formas de comprar, sino también de conectarnos. Las redes sociales se convirtieron rápidamente en el centro de esa conexión virtual y, al mismo tiempo, en un punto de entrada para noticias, entretenimiento y compras.
Por naturaleza, la gente siempre ha confiado en las recomendaciones de boca en boca para influir en sus decisiones de compra. Ahora, las redes sociales ofrecen a los consumidores la oportunidad de obtener esas recomendaciones (o disuasorias) a un nivel exponencial: de amigos, familiares, comunidades e incluso de sus personas influyentes favoritas.
Aunque vender en plataformas sociales puede ser un canal de crecimiento rentable, también puede ser arriesgado. No hay nada que frustre más unas ventas potenciales que una plétora de comentarios de clientes sobre entregas tardías, dañadas o perdidas.
La automatización robótica del cumplimiento garantiza que los minoristas puedan cumplir sus promesas de entrega, incluso durante los periodos de máxima actividad, cuando un artículo concreto se convierte en viral. ¿Y lo que es mejor? Operar en una plataforma plataforma que integra múltiples flujos en el proceso de cumplimientodesde el picking inteligente hasta el embalaje y la clasificación. La capacidad de sorprender y deleitar a los clientes con un pedido que llega antes de la fecha de entrega prevista puede llegar muy lejos a través de críticas positivas y contenido generado por los usuarios.
La venta al por menor experiencial permite a las marcas ofrecer a los clientes una experiencia única y memorable, que les hace volver una y otra vez. Los minoristas con visión de futuro han empezado a atraer tráfico a sus tiendas físicas con experiencias únicas que no pueden reproducirse en línea.
En la tienda COS H&M de Beverly Hills, quienes compran por primera vez tienen a veces la sensación de haber sido transportados a una tienda del futuro. Los espejos inteligentes con pantalla táctil de los probadores reconocen automáticamente los productos y las tallas que los clientes han seleccionado, y presentan opciones en stock de colores, tallas y estilos adicionales (además de accesorios complementarios). Cuando los clientes tocan los artículos adicionales que desean probarse, los empleados de la tienda reciben una notificación y pueden llevarles las selecciones.
VÉALA EN ACCIÓN: La tienda COS H&M en Beverly Hills
La automatización inteligente también elimina la necesidad de interacciones incómodas o intrusivas, como un vendedor impaciente que pregunta continuamente al comprador si necesita más tallas. Las experiencias automatizadas y altamente personalizadas de este tipo hacen que las compras sean fluidas y más agradables, lo que aumenta la fidelidad a la marca y las tasas de repetición de clientes.
El futuro de las compras ya está aquí. Los minoristas solo tienen que aprovechar las oportunidades de una distribución sostenible, robotizada e impulsada por la IA.