Pedir a un trabajador que ara un campo con una pala parece algo muy alejado del mundo de robots interconectados y automatización que está surgiendo a nuestro alrededor. Pero, en muchos aspectos, ese es el tipo de tarea que seguimos asignando a muchos trabajadores, en toda la cadena de suministro. En cualquier caso, desde la obtención de materias primas hasta la fabricación de zapatillas, lo más probable es que haya intervenido un robot colaborador.
Un CoBot, o robot colaborativo, es un tipo de robot móvil autónomo construido para ayudar a los humanos en diversas tareas.
Los CoBots suelen estar diseñados para hacer el trabajo pesado, el trabajo sucio, entrar en los lugares de difícil acceso, permitiendo a los humanos hacer más con menos, y eliminar una notable cantidad de riesgo de lesiones en el lugar de trabajo.
Normalmente, los CoBots han sido máquinas pequeñas e independientes que actúan siguiendo las instrucciones de un único operador. En otras palabras, si yo utilizara el robot, controlaría directamente sus movimientos y acciones. Este modelo de colaboración entre humanos y robots se ha aprovechado en múltiples sectores, con CoBots que realizan actividades tan avanzadas como procedimientos quirúrgicos muy delicados, o tan rudimentarias como desatascar desagües.
Los CoBots representan una ola de avances tecnológicos que no deja de ganar impulso. Merece la pena prestar atención a este cambio que se está produciendo entre bastidores y al impacto significativo que está teniendo.
Aunque la parte de fabricación de la cadena de suministro lleva más de 25 años cosechando los beneficios de la automatización robótica, el sector ha tendido a centrarse en la estandarización y la producción de grandes volúmenes. Pero el mundo se ha enriquecido bastante en el mismo periodo de tiempo y el transporte, la electrónica y el entretenimiento han intensificado su actividad para suministrar los mismos artículos de alta calidad a millones de nuevos consumidores. Se ha producido la convergencia perfecta entre demanda y capacidad.
Las metodologías estandarizadas se han trasladado a los almacenes y la distribución. Las inversiones realizadas por las grandes empresas para apoyar su crecimiento han generado enormes espacios de almacenamiento basados en la estandarización y la coherencia. Sin embargo, el mundo ha cambiado, sobre todo en el sector minorista, que exige un grado mucho mayor de personalización junto con la inmediatez de las opciones de entrega al día siguiente o en el mismo día. Como resultado, la idea de ofrecer un servicio estandarizado se ha quedado obsoleta, erosionando la rentabilidad de la entrega centralizada. Los minoristas que en su día fueron líderes y no se replantearon sus procesos de distribución han tenido dificultades para competir.
En respuesta a la demanda de una cadena de suministro más sostenible, el inventario y el cumplimiento están experimentando un cambio radical. Los CoBots de almacén son el primer paso lógico hacia un sistema de distribución más flexible y automatizado. Los CoBots pueden integrarse en almacenes nuevos o ya existentes con un mínimo trastorno y reubicarse allí donde se necesiten, en cualquier parte del mundo, lo que proporciona a los almacenes niveles increíbles de flexibilidad para responder a demandas en constante cambio.
La próxima generación de CoBots va más allá de proporcionar un apoyo reactivo para convertirse en miembros proactivos del equipo. Interactúan con los sistemas de información de la empresa, optimizan continuamente los datos en tiempo real que fluyen por la empresa y toman decisiones sobre la marcha. Los CoBots suministran a los trabajadores humanos información crítica en tiempo real, ofreciendo niveles incomparables de agilidad en respuesta a las entradas en tiempo real. Y lo que es más, la conexión robot-persona encierra el potencial de introducir mejoras continuas en las operaciones básicas de una empresa, y en ningún lugar como en el almacén.
Los CoBots de almacén líderes no sólo son móviles, también son inteligentes. Estos ayudantes no sólo levantan objetos pesados, sino que también comunican información vital a los trabajadores clave y optimizan su actividad en función de lo que ocurre en el ecosistema en general. Aprovechando las conexiones WiFi, los proveedores de CoBots están alcanzando un nuevo nivel de optimización a través de la computación periférica, que permite acceder a los datos y analizarlos justo donde se necesitan para ofrecer información más rápida y facilitar la acción. Los cerebros de IA de los CoBots desempeñan un papel fundamental en la recopilación de datos y su retroalimentación al sistema, dando un salto adelante en la robótica al permitir que humanos y androides se comuniquen bidireccionalmente.
Los sistemas basados en la nube y controlados de forma centralizada pueden tener problemas cuando la comunicación con el personal robótico depende de una red WiFi con poco ancho de banda. Este obstáculo se supera concibiendo el trabajo de distribución de almacén de forma diferente, es decir, viéndolo como trozos o pequeñas oleadas de actividad, con CoBots que funcionan por su cuenta durante un máximo de cinco minutos cada vez. De este modo, los CoBots ya no dependen de una conexión constante, sino que funcionan mediante pequeños paquetes de datos con instrucciones sobre lo que deben hacer en los próximos minutos, en los siguientes, etcétera. Es una solución práctica que funciona.
¿Quién no conoce a alguien con un robot aspirador o un coche eléctrico que aparca solo? Los CoBots que trabajan con personas se convertirán en algo habitual en los próximos años, ayudándonos en muchos aspectos de nuestras vidas. Impulsados por la IA, los robots ayudantes de diferentes formas y tamaños impulsarán la productividad y potenciarán las fábricas y centros de distribución más avanzados del mundo.